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Un emblema de la cuidad de Nápoles que aparece en el Trattado delle imprese de Giulio Cesare Capaccio (Nápoles 1592) presenta una sirena que desliza desde su pecho hasta sus pies una pequeña lira, testimonio de la práctica musical de los instrumentos de cuerda pulsada en Nápoles desde la mitad del cinquecento. Uno de los instrumentos que más se desarrolló en este periodo, tanto en su práctica como en su organología, fue el arpa.
La tradición napolitana por el arpa copia llego de la mano de Giovan Leonardo Mollica (ca. 1530-1602) quien, debido a la virtuosidad con la que tañía el instrumento, recibió el sobrenombre Dell´Arpa. Su reputación se extendió más allá de las fronteras napolitanas y probablemente aleccionó a arpistas como Flamino Caracciolo, Scipione Bolino, Francesco Auxiliis, Lucrezia Urbani, Adriana Basile…quienes contribuyeron a mantener viva su figura y constituyeron una buena cantera de tañedores de arpa.
Otro de los grandes arpistas destacados es Ascanio Mayone, autor de dos libros con el título Divesi Capricci, que recibe el título de organista de la Capilla virreinal napolitana bajo el mandato del maestro de capilla Jean de Maque, teniendo de compañero a Giovanni Maria Trabaci. Su hijo, Giulio Mayone, llamado Giulio dell´Arpa fue contratado para prestar servicio en la Iglesia de la Annunziata.
Luiggi Rossi que desde 1606 hasta 1620 trabajó al servicio del Duque de Trajetto en Nápoles además de componer, tañía el alud, el órgano, el clave y probablemente el arpa. En 1627 contando matrimonio con la arpista romana Constanza da Ponte, cuyo hermano Paolo era también arpista. Y para completar la tradición de esta familia nos encontramos con Giovan Carlo Rossi, hermano menor de Luiggi, que es recordado como un virtuoso del arpa.
No nos podemos olvidar de Orazio Michi, conocido como Orazio dell´Arpa que será recordado como uno de los más célebres arpistas del siglo y quien estrenó el famoso Orfeo de Claudio Monteverdi.
A partir del Célebre Giovan Leonardo dell´Arpa se comenzó a desarrollaron nuevo estilo interpretativo del arpa, rico en contrastes sonoros y claroscuros que permitían hacer legar al oyente las disonancias y consonancias de la seconda prattica.
El Reino de Nápoles, desde 1504 hasta 1707 se halló bajo el dominio del reinado español. Este pasado histórico nos deja un legado cultural muy rico en todas las artes y, en especial, en la música. Españoles e italianos se suceden en los puestos de maestros y organistas de la Capilla Real de Nápoles, produciéndose así un intercambio musical que resulta de gran interés musicológico.